13.9.07

0-2. Laberinto espiral

Yo soy el astronauta de la entidad que arrastro con mis sombras, marinero espectante en la laguna del tiempo. Cuanto más indago los elementos del mundo, me siento tan afectivamente vivo en el desorden, que me anega lo amargo de la comprensión de que hay vacíos incomprensibles, y por eso huyo cabalgando en las noches, y mis riendas son la duda, y la angustia, que sujetan sólo la certeza de mi mismo.

Ahora dedico a cada día el interés que se merezca, y voy desaprendiendo los designios del entorno con la ayuda de mis decisiones, para no remorder nunca lo que hice.

Yo me hundo si prescindo de mí mismo, pero acepto el devenir frenético que engloban los instantes, y en fin resuelvo que existencia llega a ser un pensamiento, perpetuo, del estado de las cosas, que al tiempo de hundirme en ellas, me brindan el engaño de no pensarme. Me sostengo en alta mar, y de la cabeza emerge entonces la fuerza dominada por la fuerza que me hace ser animal. Pero el yo se resiste. Entra ya desesperado en el diálogo consigo mismo, van los ojos perdidos en la deriva de encontrar una respuesta, y es aquí donde me enfrento a mis adentros, es aquí cuando he de vencer otra batalla y expandir la razón sobre la niebla del laberinto espiral que emerge de mis instintos.

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