26.10.07

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Una sorda sombra sobrevuela
el sórdido sendero que sigue
el viento.

Y golpean, en la plana plenitud,
las pequeñas y perfectas perlas de
la lluvia.

Mientras, un joven pájaro
juguetea junto a los jardines de
la Naturalez.

y el olor de una dulce flor azul
se lamenta al leer libros sobre
la poesía,

y yo, andando hacia la nada
no niego que no abandone a
la muerte.

Pero, ¡torpe yo!, me tropiezo
otra vez con el amor y me atrapa.
Te quiero.

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